Incluso si no se tiene experiencia en el diseño, se pueden crear acabados interesantes en paredes interiores con técnicas decorativas.
El pintado con esponja es el acabado más sencillo y económico, que le da un aspecto sofisticado haciéndolo correctamente.
1.- Comenzamos por encintar las zonas que no queremos pintar (techo, puertas, zócalos… etc. Acto seguido daremos una mano de pintura a toda la pared que nos servirá de base. Dejar secar.
2.- Con una esponja natural (que encontrará en tiendas especializadas) y cogiendo una pequeña cantidad de pintura (de un color diferente a la base y en un color que combine con ella, por ejemplo si el fondo es color hueso podemos combinar con verde musgo) por uno de sus lados iremos dando toques de forma aleatoria sobre la pared. Dejar secar.
3.- Podemos utilizar un tercer color (por ejemplo naranja) y procedemos como en el punto anterior.
4.- Una vez terminado el proceso daremos un vistazo y podremos corregir las zonas con las que no estemos satisfechos.
5.- Retirar la cinta de pintor y dejar secar todo durante 24 horas.
6.- Utilizaremos una lija de grano 220 si queremos un acabado liso. Sino dejar tal cual dando un aspecto más rústico.